Las enzimas son proteínas que ayudan a transformar unos metabolitos en otros. Un análisis de la enzima aspartato aminotransferasa (AST) mide la cantidad de la misma que hay en la sangre. La AST también recibe el nombre de GOT (glutámico oxalacético transaminasa),
Dentro de las células, la AST se localiza en el citoplasma y en las mitocondrias. Ante lesiones moderadas de las células que la contienen, se libera principalmente la enzima citoplasmática y ante lesiones graves se libera sobre todo la mitocondrial. Generalmente los niveles de AST en sangre son bajos.
Cuando se lesiona algún órgano o tejido, como el corazón o el hígado, se libera AST a la sangre. La cantidad de AST que hay en la sangre es directamente proporcional a la cantidad de tejido lesionado, La elevación de AST comienza a las 6 – 10 horas del daño y permanece elevada durante unos 4 días. En general, la AST se solicita al mismo tiempo que la alanina aminotransferasa (ALT o GPT) para valorar el perfil hepático ; la relación entre ambas puede ser de ayuda para determinar el origen de la lesión.
La actividad de las transaminasas en sangre se ha empleado tradicionalmente como indicador de lesión hepática, y esta sigue siendo hoy en día su principal utilidad en la clínica. Asimismo, y debido a que el corazón y los músculos producen una AST bastante alta, también se ha utilizado en el diagnóstico y seguimiento del infarto de miocardio, aunque su papel ha quedado relegado a un segundo plano por su escasa especificidad y por la existencia de mejores marcadores.
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Los valores elevados de la transaminasa GOT (transaminasa glutámico oxalacética) o AST (aspartato aminotransferasa) suelen estar relacionados con problemas en el hígado. Desde problemas menores como hígado graso o consumo excesivo de alcohol hasta otros más graves como cirrosis o hepatitis (inflamación del hígado).
¿Cuáles son los valores de transaminasa GOT (AST) recomendados en sangre? –
Hombres: 5 – 50 U/LMujeres: 5 – 35 U/L Neonatos: 25 – 75 U/LBebés: 15 – 60 U/L
La GOT suele medirse habitualmente en U/L pero puede medirse también en el SI (Sistema Internacional) ukat/litro. Los valores normales en ukat/L serían los siguientes:
Hombres: 0.08 – 0.83 ukat/LMujeres: 0.08 – 0.58 ukat/LNeonatos: 0.42 – 1.25 ukat/LBebés: 0.25 – 1 ukat/L
¿Qué indican los valores de transaminasa GPT (ALT) altos o elevados en sangre? – Los valores elevados de la transaminasa GPT (transaminasa glutámico pirúvica) o ALT ( alanina aminotransferasa ) son muy específicas de problemas en el hígado. Ocasionalmente también pueden indicar problemas en el páncreas o la vesícula.
Niveles ligeramente elevados (50 – 150 U/L en hombres adultos, 35 – 105 U/L en mujeres adultas): Los niveles de transaminasa GPT (ALT) en sangre están ligeramente elevados pero no es preocupante por el momento si no tiene ningún síntoma adicional. Los niveles pueden elevarse por consumo de alcohol, obesidad o también numerosos medicamentos influyen en la alteración hacia arriba de este parámetro. Si está tomando algún medicamento consúltelo con su médico para ver si puede estar afectando a los niveles de GPT (ALT) en sangre. Haga ejercicio de forma regular y lleve una dieta equilibrada y en los próximos análisis es probable que los valores vuelvan a la normalidad. Niveles moderadamente elevados (150 – 250 U/L en hombres adultos, 105 – 175 U/L en mujeres adultas): Los niveles son ligeramente elevados y pueden indicar los primeros síntomas de un problema en el hígado. Es posible que simplemente sufra esteatosis hepática (también llamada hígado graso ) una enfermedad benigna que consiste en la acumulación de grasa en el hígado. Modere el consumo de alcohol y consulte con su médico indicándole la dieta y los medicamentos que toma por si considera necesario realizar pruebas complementarias. Niveles excesivamente elevados (250 – 500 U/L en hombres adultos, 175 – 350 U/L en mujeres adultas): Los niveles de transaminasa GPT (ALT) son bastante elevados y suelen estar relacionadas con enfermedades del hígado como cirrosis o hepatitis crónica (inflamación del hígado). También enfermedades de la vesícula como la colecistitis (inflamación de la vesícula) o el páncreas ( pancreatitis ) pueden ocasionar un incremento de los niveles de GPT (ALT). Debe consultar con su médico para que estudie su caso y evalúe las posibles enfermedades o problemas que pueden causar la elevación de la GPT (ALT) y pautarle el tratamiento adecuado. Niveles muy superiores al valor normal (> 500 U/L en hombres adultos, > 350 U/L en mujeres adultas): Los niveles de transaminasa GPT (ALT) son muy elevados e indican que existe una alta probabilidad de padecer una enfermedad hepática (del hígado) importante. Puede padecer una hepatitis aguda, una intoxicación por drogas o medicamentos (incluso una sobredosis de paracetamol) o enfermedades muy graves como una isquemia hepática. Conviene que consulte con su médico para evitar un deterioro irreversible de la función hepática.
Valores de niveles normales de transaminasas en sangre – Como siempre que se habla de análisis de sangre, puede haber algunas variaciones en los resultados en función del laboratorio clínico que haya realizado la analítica. Sin embargo, a modo orientativo, podemos hablar de una serie de valores normales de las transaminasas en función de su tipo :
Las transaminasas GOT están dentro de la normalidad cuando la analítica refleja un nivel de entre 0 y 37 unidades por litro. Las transaminasas GPT tienen valores normales cuando figuran entre los 0 y 41 unidades por litro. Las transaminasas GGT muestran parámetros adecuados cuando están entre 11 y 50 unidades por litro.
¿Cuándo se considera que las transaminasas están altas? – Como ves, el cuerpo humano cuenta con concentraciones normales de transaminasas circulando en sangre, Esto como parte del ciclo natural de muchas células, las cuales al morir liberan varias sustancias a la sangre, entre las que se encuentran las transaminasas.
Las enzimas son proteínas que ayudan a transformar unos metabolitos en otros. Un análisis de la enzima aspartato aminotransferasa (AST) mide la cantidad de la misma que hay en la sangre. La AST también recibe el nombre de GOT (glutámico oxalacético transaminasa),
La AST está presente en todas las células del cuerpo, aunque su concentración es mucho mayor en unos órganos que en otros (especialmente en hígado, corazón, músculo esquelético y riñón). Esto quiere decir que la AST no es un indicador específico de daño hepático, como la alanina aminotransferasa (ALT o GPT), otra enzima que se encuentra casi exclusivamente en el hígado.
Dentro de las células, la AST se localiza en el citoplasma y en las mitocondrias. Ante lesiones moderadas de las células que la contienen, se libera principalmente la enzima citoplasmática y ante lesiones graves se libera sobre todo la mitocondrial. Generalmente los niveles de AST en sangre son bajos.
Cuando se lesiona algún órgano o tejido, como el corazón o el hígado, se libera AST a la sangre. La cantidad de AST que hay en la sangre es directamente proporcional a la cantidad de tejido lesionado, La elevación de AST comienza a las 6 – 10 horas del daño y permanece elevada durante unos 4 días. En general, la AST se solicita al mismo tiempo que la alanina aminotransferasa (ALT o GPT) para valorar el perfil hepático ; la relación entre ambas puede ser de ayuda para determinar el origen de la lesión.
La actividad de las transaminasas en sangre se ha empleado tradicionalmente como indicador de lesión hepática, y esta sigue siendo hoy en día su principal utilidad en la clínica. Asimismo, y debido a que el corazón y los músculos producen una AST bastante alta, también se ha utilizado en el diagnóstico y seguimiento del infarto de miocardio, aunque su papel ha quedado relegado a un segundo plano por su escasa especificidad y por la existencia de mejores marcadores.
Síntomas de transaminasas altas – El valor de las transaminasas se solicita en cualquier analítica general anual pero también ante la aparición de determinados síntomas que puedan sugerir origen hepático como pueden ser:
Cansancio extremo Fatiga Dolor abdominal Náuseas o vómitos Pigmentación amarilla de mucosas (ictericia) Pigmentación oscura de la orina (coluria) Picor generalizado no justificado (prurito)
Por ello, cuando se produce un incremento de AST o ALT debe ser valorado por el médico para localizar la causa y tomar las medidas necesarias. El resultado debe interpretarse en el contexto médico del individuo:
Fluctuaciones mínimas de la normalidad no se consideran patológicas. Valores muy elevados (hasta 10 veces su valor) son asociados frecuentemente a hepatitis agudas de causa vírica y se mantienen elevados hasta la resolución del proceso (uno o meses). Niveles extremadamente elevados (hasta 100 veces su valor) se asocian a intoxicación por fármacos o a isquemia hepática. Sin embargo, en caso de hepatitis crónica la elevación de transaminasas no será tan llamativa.
Lo que debes saber
Las transaminasas principales son dos: AST o GOT y ALT o GPT. En caso de lesión hepática (hepatitis vírica, intoxicación farmacológica o por tóxicos, cirrosis o alcoholismo) el valor de AST aumenta. Pero no es un enzima exclusivo hepático por lo que su nivel elevado puede deberse a otras causas como una lesión muscular o cardíaca. ALT es muy útil para detectar enfermedad hepática y es más específica para el hígado que AST.
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Las transaminasas (ALT o GPT y AST o GOT ) son enzimas intracelulares que catalizan reacciones de transaminación y que están localizadas en diversos tejidos del organismo, siendo la más específica de lesión hepática la GPT.
Las transaminasas altas indican que algo ocurre con nuestro hígado, aunque estos valores pueden apuntar también a otros padecimientos que resulta importante vigilar. Una vez que recibimos el análisis de sangre que nos indica un nivel elevado de estas enzimas, acudir al médico resulta fundamental para dar con la causa de esta condición, sin embargo si no existe una enfermedad particular que cause su alteración, es posible bajarlas siguiendo algunas recomendaciones.
Si tienes las transaminasas altas debes ir obligatoriamente a un médico para determinar cuál es la causa de estos valores elevados. Si se padece de cirrosis hepática, hepatitis, mononucleosis, isquemia o falta de sangre en el hígado, muerte del tejido hepático, de un tumor o de cáncer en el hígado, es muy importante tener claro que se requiere un tratamiento médico específico y que, en el caso de condiciones como la cirrosis, la enfermedad es crónica y por tanto no hay cura posible, aunque mejorar el estilo de vida puede ayudar en gran medida a que esta condición avance más lento.2 Si en cambio las transaminasas están altas debido a una inflamación del hígado, a hígado graso, a la ingesta de medicamentos o sustancias tóxicas o a cualquier otra condición reversible, aplicar cambios profundos en el estilo de vida será fundamental para bajarlas y ganar en salud.3 Para bajar las transaminasas es muy importante hacer ajustes en nuestra dieta, por eso te recomendamos:
Llevar una alimentación baja en grasa y libre de alimentos fritos, rebozados y de comida rápida. La ingesta de embutidos y carnes grasas debe limitarse y sustituirse por el consumo de carnes magras,La bollería, el azúcar procesado y los dulces deben también evitarse por ser ricos en grasa y azúcar, ingredientes que no benefician al hígado.Ante cualquier condición hepática el consumo de alcohol está prohibido por ser altamente dañino para el hígado.Se recomienda ingerir al menos 2 litros de agua al día para facilitar la eliminación de grasas del cuerpo.
Llevar una dieta equilibrada rica en vegetales, carnes magras y frutas representará un importante cambio para los pacientes con transaminasas altas. Es recomendable que en los casos de obesidad o hígado graso se consulte a un especialista en nutrición para dar inicio a una dieta que facilite la reducción de grasa en la comida y la pérdida de peso. 4 Si cuentas con un estilo de vida sedentario y una dieta poco saludable, entonces la recomendación es que comiences a hacer los cambios pertinentes.
Localización y valores normales de la GPT y de la GOT – La GPT se encuentra normalmente en hígado y riñón, Sus elevados valores en sangre sugieren un daño a nivel de hígado. La GOT se encuentra casi siempre en hígado, corazón, riñón, músculo esquelético, cerebro, páncreas, pulmón, glóbulos rojos y glóbulos blancos,
Teniendo en cuenta que está ampliamente distribuida, cuando sus niveles sanguíneos se elevan, es difícil saber qué órgano es el que está dañado. En el siguiente esquema interactivo, puedes ver cómo se distribuyen ambas enzimas. La GPT y la GOT se encuentran en el interior de las células; su aparición en sangre es debida a un daño celular que afecta a las células del órgano en cuestión.
Con un ejemplo es más sencillo: la elevación de los niveles sanguíneos de GPT indica daño celular del hígado, ya que este es el órgano en el que se encuentra habitualmente. Los valores normales son los siguientes:
GPT : entre 7 y 56 unidades por litro de suero (la parte líquida de la sangre). GOT : entre 5 y 40 unidades por litro de suero.
Estos valores van a depender del método analítico que se use. A veces la elevación de las transaminasas se detecta cuando se hace un análisis de sangre por mera rutina. En otros casos, el enfermo empieza a presentar una serie de síntomas que aconsejan realizar este análisis, para comprobar si estas enzimas están elevadas, y a partir de ahí junto con otras pruebas, diagnosticar la enfermedad que afecte a la persona.
Pregunta : ¿Me podrían recomendar una dieta para reducir transaminasas y que aporte vitalidad? Justino (Pozoblanco). Respuesta : Lo más importante de la dieta para reducir las transaminasas es eliminar la ingesta de alcohol : vino, cerveza y cualquier otra bebida alcohólica.
También se debe reducir la ingesta de grasa, para ello sustituye los productos lácteos enteros (leche, yogures, queso.) por lácteos desnatados, las carnes grasas sustituirlas por carnes magras, con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel y evitar el consumo de mantequilla, margarina, embutidos, yema de huevo, fritos comerciales y la bollería industrial.
A la hora de comprar productos alimenticios es importante fijarse en el etiquetado, Busca y compra aquellos con un bajo contenido en grasa total, grasa saturada y colesterol, La grasa más adecuada es la grasa monoinsaturada (aceite de oliva) y los ácidos grasos omega3 (es recomendable un consumo de 3 raciones a la semana de pescado azul: anchoa, sardina, boquerón, pez espada, salmón.).
Pregunta : ¿Me podrían recomendar una dieta para reducir transaminasas y que aporte vitalidad? Justino (Pozoblanco). Respuesta : Lo más importante de la dieta para reducir las transaminasas es eliminar la ingesta de alcohol : vino, cerveza y cualquier otra bebida alcohólica.
También se debe reducir la ingesta de grasa, para ello sustituye los productos lácteos enteros (leche, yogures, queso.) por lácteos desnatados, las carnes grasas sustituirlas por carnes magras, con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel y evitar el consumo de mantequilla, margarina, embutidos, yema de huevo, fritos comerciales y la bollería industrial.
A la hora de comprar productos alimenticios es importante fijarse en el etiquetado, Busca y compra aquellos con un bajo contenido en grasa total, grasa saturada y colesterol, La grasa más adecuada es la grasa monoinsaturada (aceite de oliva) y los ácidos grasos omega3 (es recomendable un consumo de 3 raciones a la semana de pescado azul: anchoa, sardina, boquerón, pez espada, salmón.).
Agua tibia con limón Es una de las mejores opciones para desintoxicar el hígado pues el limón es ideal para eliminar el exceso de grasa y las toxinas acumuladas en este órgano, además de favorecer la digestión, mejorar el tránsito intestinal y fortalecer nuestro sistema inmune.
Es una de las víctimas de nuestros malos hábitos y es uno de los órganos más importantes del cuerpo. Situado en la parte superior derecha del abdomen, es el encargado de purificar la sangre, convertir los alimentos en energía y producir bilis para ayudar a desdoblar las grasas en el intestino.
Es capaz de limpiarse a sí mismo enviando las toxinas al intestino para su excreción. Es un sistema perfecto, realizador de múltiples procesos vitales para el funcionamiento del organismo. También es el centro de la química corporal y regulador, entre otras funciones, de la cantidad de sangre en el organismo.
No obstante su poder y potencia, es vulnerable a los malos hábitos de vida y la ingesta de sustancias tóxicas, medicamentos y el licor. La cirrosis, las hepatitis o el hígado graso, son los problemas más comunes. “Estos malos hábitos van limitando su función cada vez más compleja y eso va alterando el funcionamiento del cuerpo y dando origen a diferentes problemas o enfermedades”, señala el doctor Felipe Castro, cirujano hepatobiliar, del Centro Médico Imbanaco.
El consumo excesivo de grasas genera una sobre exigencia del pequeño órgano, lo que puede desencadenar en una inflamación o la obstrucción de los canales biliares, por eso recomienda una alimentación sana, con buen consumo de frutas y agua, y evitar las bebidas alcohólicas. Según el doctor Castro, entre las enfermedades más comunes están el hígado graso, la hepatitis A, B y C, la cirrosis hepática, el cáncer de hígado y las de tipo congénito como el síndrome de Dubin-Johnson y el síndrome de Gilbert.
El cáncer de hígado más conocido es el que recibe el nombre de hepatoma maligno, carcinoma hepatocelular o cáncer primario y puede desarrollarse en cualquier edad; cuando lo hace en niños muy pequeños recibe el nombre de hepatoblastoma. Para el doctor Castro, es importante la prevención con una alimentación sana, evitando el sobrepeso y el sedentarismo, para que el hígado pueda realizar sus funciones normales.
Cuando en el hígado hay un exceso de toxinas, no puede quemar la totalidad de las grasas y estas se van acumulando en el organismo y generando diversos problemas que afectan a todos los sistemas del cuerpo. Los malos hábitos se convierten en una serie de estímulos que llevan al hígado a trabajar al doble.
El órgano se intoxica por la mala alimentación, el exceso de grasas rancias, las margarinas, el alcohol y el escaso consumo de fibra vegetal. El consumo de algunos medicamentos e incluso, de acuerdo con estudios, emociones como la ira o irritabilidad y la frustración, también, contribuyen afectar la función del hígado.
Para los médicos debemos tener claro cómo cuidar este órgano vital mediante alimentación saludable y un estilo de vida que evite el consumo de alimentos grasos y ácidos, el exceso de alcohol y aumente el consumo de aceite de oliva que ayuda en el proceso de limpieza. Es importante mantener un adecuado funcionamiento del colon, tomando agua de manera regular y fibra vegetal.
Incluir en la dieta especias y alimentos amargos que contribuyan a la limpieza del hígado, como por ejemplo la cúrcuma, el boldo, el romero, la salvia, entre otros.