La sangre en el esputo o la mucosidad cuando una persona tose o escupe se llama hemoptisis. Si bien la sangre puede inquietar, generalmente no es motivo de preocupación, especialmente en personas jóvenes o sanas. La sangre en el esputo es algo común en muchas afecciones respiratorias leves, que incluyen infecciones de las vías respiratorias superiores, bronquitis y asma.
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Es la pérdida de sangre del tejido que recubre la nariz. El sangrado ocurre con más frecuencia en una fosa únicamente. Las hemorragias nasales son muy comunes. La mayoría de ellas ocurre debido a irritaciones menores o resfriados. La nariz contiene una gran cantidad de vasos sanguíneos diminutos que sangran fácilmente.
La mayoría de estas hemorragias ocurre en la parte frontal del tabique nasal. Este es el pedazo de tejido que separa los dos lados de la nariz. Este tipo de hemorragia puede ser fácil de detener para un profesional entrenado. Con menos frecuencia, las hemorragias nasales se pueden presentar en la parte alta del tabique o en una parte más profunda de la nariz como en los senos o en la base del cráneo.
Irritaciones debido a alergias, resfriados, estornudos o problemas sinusalesAire muy frío o secoSonarse la nariz con mucha fuerza o hurgarse la narizLesión en la nariz, incluso una fractura de nariz o un objeto atascado en la narizCirugía de los senos paranasales o de la hipófisis (transesfenoidal)Tabique desviado (tejido que divide la nariz en 2 fosas nasales) Irritantes químicos incluyendo medicamentos o fármacos en aerosol o inhaladasAbuso de los aerosoles nasales descongestionantesTratamiento con oxígeno a través de cánulas nasalesInhalar cocaína
Las hemorragias nasales repetitivas pueden ser un síntoma de otra enfermedad, como presión arterial alta, un trastorno hemorrágico o un tumor de la nariz o de los senos paranasales. Los anticoagulantes, como la warfarina (Coumadin), clopidogrel (Plavix) o el ácido acetilsalicílico ( aspirin ) pueden ocasionar o empeorar una hemorragia nasal. Para detener una hemorragia nasal:
Siéntese y apriete suavemente la porción blanda de la nariz entre los dedos pulgar e índice (de tal manera que las fosas nasales estén cerradas) durante 10 minutos completos. Inclínese hacia adelante para evitar tragar sangre y respire por la boca. Espere al menos 10 minutos antes de verificar si el sangrado se ha detenido. Asegúrese de esperar el tiempo suficiente para que el sangrado se detenga.
La aplicación de compresas frías o de hielo sobre el puente nasal puede ayudar. No tapone el interior de la nariz con gasa. No se recomienda acostarse mientras se está presentando una hemorragia nasal. Se debe evitar aspirar o sonarse la nariz durante varias horas después de la hemorragia.
DEFINICIONES – Epistaxis Se llama epistaxis a los sangrados provenientes de la nariz. Si bien, la gran mayoría de sangrados son de la parte anterior de las fosas nasales, los sangrados de la parte posterior son potencialmente muy peligrosos. El sitio más frecuente de los sangrados nasales se localiza en la parte anterior del tabique nasal.
Fosas nasales Los orificios nasales son las pequeñas puertas de entrada a amplias cavidades que se extienden hacia arriba y hacia atrás, las fosas nasales, El tabique o septo nasal divide en dos a las fosas nasales: una derecha y una izquierda. La forma del tabique puede intervenir en el tratamiento a seguir.
Cuándo acudir al médico – Se recomienda consultar un neumonólogo cuando el sangrado es excesivo, dura más de 3 días o está acompañado de otros síntomas como:
Orina o heces con sangre;Dolor intenso en el pecho;Mareos;Fiebre por encima de 38ºC;Dificultad para respirar.
Si sospecha que la situación es grave debe llamar para el número de emergencia o debe acudir a la emergencia hospitalaria para que la situación sea evaluada por un médico, el cual realizará exámenes de diagnóstico como rayos X, broncoscopia, tomografía computarizada o resonancia magnética para identificar la causa de la tos y la flema con sangre para poder indicar el tratamiento más adecuado.
Cómo actuar ante una hemorragia nasal – Armengot señala que ante una hemorragia nasal se debe tapar la nariz presionando con los dedos, inclinar la cabeza hacia delante, esperar unos minutos y si no cede acudir a urgencias. Además, aconseja mantenerse sentado para no tragar sangre.
“Debe evitarse inclinar la cabeza hacia atrás o acostarse, ambos gestos hacen que traguemos la sangre y, además, impiden conocer si estamos o no sangrando. Mantener la calma es fundamental, evita que aumente la tensión arterial que nos haría sangrar más”, aclara el especialista. Una vez cortada la hemorragia y en las 24 horas siguientes hay que evitar hacer esfuerzos, no tomar fármacos con efecto anticoagulante o antiagregante como la aspirina y los sonados fuertes.
Si la hemorragia es repetitiva y/o se acompaña de cualquier otro síntoma o signo a nivel nasal o general (obstrucción nasal, mucosidad, dolor de cabeza, fiebre, cansancio, palidez de piel, manchas en la piel, sangrado de encías, etc.), se debe acudir siempre al médico.
7. Sinusitis – La sinusitis es la inflamación de los senos nasales que puede causar síntomas como sangrado nasal, dolor de cabeza, escurrimiento nasal y sensación de peso en el rostro, especialmente en la frente y en los pómulos. Generalmente, la sinusitis es producida por el virus de la influenza, siendo común durante crisis de gripe, pero también puede ser causada por el desarrollo de bacterias en las secreciones nasales, que quedan presas en el interior de los senos nasales.
¿Por qué suele sangrar la nariz? – Las causas más frecuentes son:
Hurgarse la nariz Meterse algo dentro de la nariz (cuerpos extraños) Rinitis alérgica o un resfriado, sobre todo cuando van acompañados de estornudos, tos y sonarse mucho la nariz Lesiones vasculares (varices septales) Resequedad de la mucosa nasal por ambientes secos Traumatismos nasales Desviaciones y malformaciones del tabique nasal Procesos infecciosos-inflamatorios nasales Uso de medicamentos anticoagulantes
Asimismo, existen otra serie de causas que responden a factores externos de mayor cuidado y que son menos comunes. Algunas de estas son:
Leucemia Hemofilia Tumores en la cavidad nasal Problemas hormonales
La mayoría de los cánceres de pulmón solo causan síntomas cuando ya se han propagado. Sin embargo, algunas personas con cáncer de pulmón en etapas tempranas presentan síntomas. Si acude al médico cuando comienza a notar los síntomas, es posible que el cáncer se diagnostique en una etapa más temprana cuando es más probable que el tratamiento sea eficaz.
Una tos que no desaparece o que empeora Tos con sangre o esputo (saliva o flema) del color del metal oxidado Dolor en el pecho que a menudo empeora cuando respira profundamente, tose o se ríe Ronquera Pérdida del apetito Pérdida de peso inexplicable Dificultad para respirar Cansancio o debilidad Infecciones como bronquitis y neumonía que no desaparecen o que siguen recurriendo Nuevo silbido de pecho
Si el cáncer de pulmón se propaga a otras partes del cuerpo, puede causar:
Dolor en los huesos (como dolor en la espalda o las caderas) Alteraciones del sistema nervioso (como dolor de cabeza, debilidad o adormecimiento de un brazo o una pierna, mareos, problemas con el equilibrio o convulsiones) a causa de la propagación del cáncer al cerebro Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia) a causa de la propagación del cáncer al hígado Hinchazón de los ganglios linfáticos (grupos de células del sistema inmunitario) como las del cuello o por encima de la clavícula
Algunos cánceres de pulmón pueden causar síndromes, los cuales son grupos de síntomas específicos.
Las vitaminas son sustancias que nuestro cuerpo necesita y que obtenemos de los alimentos que comemos o por medio de un suplemento multivitamínico. Normalmente, las vitaminas se almacenan en el cuerpo. Cuando una persona no tiene almacenada la cantidad suficiente de una vitamina, se considera que presenta una “deficiencia vitamínica”,
La vitamina K es una sustancia que nuestro cuerpo necesita para formar coágulos y para detener los sangrados. Nosotros obtenemos la vitamina K de los alimentos que consumimos. Las bacterias buenas que viven en nuestros intestinos también producen algo de vitamina K.
El sangrado por la nariz se conoce como Epistaxis y se puede atribuir enfermedades como hipertensión arterial, alteraciones cardiovasculares, vasculitis, sinusitis, infecciones de vías respiratorias superiores, discrasias sanguíneas e insuficiencia renal crónica, entre otras.
El ácido tranexámico se utiliza en diversos contextos clínicos para detener las hemorragias evitando la descomposición de los coágulos (fibrinolisis). Puede desempeñar un papel en el manejo de la epistaxis como complemento de los tratamientos estándar, reduciendo la necesidad de nuevas intervenciones.