Suelen tener estómagos sensibles, descubre cuál puede ser la causa de su malestar. – VÓMITOS EN PERROS Un perro puede vomitar simplemente porque haya comido algo que le ha sentado mal o haya ingerido demasiada cantidad de alimento. Pero también puede ser un reflejo de algo más serio que requiera atención veterinaria inmediata. Entre las causas más comunes de vómitos en perros encontramos las infecciones del tracto digestivo, ya sean víricas (como el parvovirus) o causadas por bacterias (como la Salmonella), problemas relacionados con la dieta (intolerancias o alergias alimentarias), la presencia de parásitos intestinales, haberse tragado algún objeto que cause una obstrucción parcial o completa, mareo por movimiento (viajes en automóvil), ingestión de sustancias tóxicas (productos de limpieza o disolventes), efectos secundarios de algunas medicaciones, o la presencia de enfermedad en alguno de sus órganos vitales (páncreas, hígado o riñones).
MI PERRO VOMITA Y TIENE DIARREA Existe una lista muy amplia de causas, algunas de menor importancia y otras muy graves. Por ello, es muy importante que acudas al veterinario si tu perro vomita más de 3 veces seguidas en pocas horas, y si además del vómito detectas otros signos de enfermedad (diarrea, apatía, o signos de dolor), si hay presencia de sangre en el vómito, o si tu perro lleva vomitando varios días y ha perdido el apetito.
También es necesario diferenciar entre regurgitación y vómito. La regurgitación es la expulsión de alimentos que no han llegado al estómago, o que han estado en él muy poco tiempo y, en consecuencia no han sido digeridos completamente. No va acompañada de los movimientos sincopados del abdomen ni del esfuerzo típico del vómito.
Si existen lesiones en el estómago, puede aparecer sangre coagulada, con aspecto de granos de café. Otra variable que debes tener en cuenta si tu perro vomita, viene de si has detectado un cambio en la frecuencia de ingestión de agua, tanto si bebe mucho más de lo habitual como si no bebe en absoluto.
Y lo mismo respecto a los patrones de alimentación. También debes considerar si tu perro ha perdido peso últimamente. Otro signo de alarma es la presencia de diarrea junto al vómito. En cualquier caso, si observas vómitos crónicos o frecuentes, debes acudir al veterinario para que inspeccione a tu perro.
Muchas veces bastará con que respondas a una serie de preguntas sobre su historia reciente, y que éste le practique una exploración física.
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¿Qué pasa si mi perro defeca sangre? Causas más comunes – Si hemos detectado sangre en las deposiciones de nuestra mascota debemos estar atentos al color para saber qué problemas de salud conllevan. Por regla general, existen dos tipos de excrementos con sangre:
Entre las razones que explicarían la presencia de sangre en heces encontraríamos:
2. El estreñimiento – Como ocurre con las personas, una dieta pobre en fibra puede provocar estreñimiento, lo cual causa el sangrado anal. En estos casos, un aporte extra de fibra ayudará a evitar la situación. Se debe consultar con el veterinario para que asesore la mejor manera de aportar más fibra en la dieta del perro.
El parvovirus canino o parvovirosis, de manera coloquial también llamada “La Parvo”, es una enfermedad infecciosa, de tipo vírica, grave y potencialmente letal. Por lo tanto, ante cualquier sospecha, es imprescindible acudir de forma inmediata al centro veterinario.
En este artículo, en SURvet hablaremos del parvovirus en perros, sus síntomas y diagnóstico y su tratamiento, La Parvo es un virus que también puede afectar a los gatos, pero en este artículo hablaremos específicamente del parvovirus que puede afectar a los cachorros de perro a partir de las cuatro semanas de vida, aunque también puede afectar a perros adultos sanos aunque inmunodeprimidos que no hayan sido vacunados contra el virus.
Algunas razas de perro, como el Rottweiler, tienen más dificultad en elaborar anticuerpos, por lo que deben tener más revacunaciones que otras razas. El Parvovirus se contagia mediante contacto oral/nasal directo de un perro infectado a otro perro, a través de las heces de perros infectados con el canino parvo virus (CPV) y también vía intrauterina, es decir, de madre infectada con el virus a cachorros durante el embarazo.
El virus de la parvo también puede estar presente en superficies y objetos que hayan estado en contacto con las heces contagiadas; otros animales, como roedores e insectos, pueden ser vectores de transmisión del parvovirus canino, El CPV (Canino Parvo Virus) es considerado un virus muy contagioso y tiene un periodo de incubación corto (entre cinco y diez días).
Una vez se produce el contagio, el virus tiene afinidad por los órganos en los que hay un recambio muy activo de células, como el sistema digestivo, lo que provocará enteritis y diarrea, el sistema cardiovascular (provocando miocarditis, a veces fulminante), médula ósea, sistema respiratorio, etc.
En algunas ocasiones la enfermedad puede darse sin ir necesariamente asociada a síntomas, por ejemplo en el caso de perros adultos que la contraen, más resisten a la enfermedad. El virus actúa lesionando las células del epitelio intestinal y es habitual que estas lesiones favorezcan que las bacterias que normalmente están presentes en la flora intestinal deriven al torrente sanguíneo y provoquen una infección bacteriana generalizada, derivando en un shock séptico o endotóxico, que puede ir acompañado de una coagulación intravascular diseminada (CID).
Información sobre el Parvovirus –
El parvovirus canino apareció por primera vez en la década de 1970. La transmisión del virus es de un perro a otro perro a través de las heces o vómito, por lo que es muy fácil encontrarlo en lugares públicos, parques, refugios, perreras, entre otros. Este virus es adaptable y firme al medio ambiente. Afecta directamente al tracto intestinal del animal, provocando inflamación y complicaciones que pueden desencadenar una infección más fuerte, con vómitos, deshidratación y heces con sangre. Es resistente a factores físicos como químicos y tiene una supervivencia muy elevada en el medio ambiente por lo que la vacunación es de vital importancia para evitar el contagio, Tiene una mayor tendencia a instalarse en células de reproducción rápida como pueden ser las intestinales, tejidos del sistema inmunológico o tejidos fetales. Los síntomas del parvovirus son: diarrea con sangre, vómito, deshidratación, letargo y pérdida de apetito,
Nota importante: cualquier cachorro que vomite debe ser examinado para detectar si padece síntomas de parvovirus. En los casos más graves, el parvovirus puede ocasionar una disminución de glóbulos blancos, provocando una inflamación en el corazón y creando severos síntomas para los cachorros, al punto de originar un ataque cardíaco.
5 pasos para mantener a tus mascotas felices y saludables – Como dueña de animales y veterinaria, utilizo los siguientes pasos para ayudar a mantener a mis mascotas felices y saludables:
La frase: “Más vale prevenir que lamentar” es especialmente cierta cuando se trata de la salud de tus mascotas.
¿Qué es el Parvovirus canino? – El Parvovirus canino es una enfermedad vírica muy contagiosa que puede resultar letal en nuestro perro si no se trata adecuadamente. Su principal afectación es en el tracto intestinal ya que posee células que crecen rápidamente y ayudan a que el virus se extienda.
También ataca a los glóbulos blancos, debilitando así el sistema inmunológico del perro. Existen dos tipos de Parvovirus canino, por un lado, tenemos la forma miocárdica que incide en cachorros con una edad inferior a las ocho semanas, aunque es posible que también afecte a perros adultos no vacunados.
Sus principales síntomas son insuficiencia cardíaca aguda, fallos cardíacos e incluso en los casos más graves, muerte súbita. En el caso de la forma entérica afecta a su sistema digestivo.