La mala circulación de sangre es un síntoma común de la presión arterial alta y enfermedades del corazón, también puede ser una causa de estas condiciones. Aunque uno de los primeros pasos en el aumento de la circulación pobre debe ser consultar a un profesional de la salud, puedes también hacer una serie de cambios todos los días para ayudar a aumentar el flujo sanguíneo.
Alimentos de bajo índice glicémico Suplementos nutricionales Gingko biloba Jengibre Pimienta de cayena
Pasos a seguir: 1 Haz ejercicio por lo menos tres veces por semana es clave para mejorar la mala circulación, ya que permite aumentar el flujo sanguíneo hacia el corazón. Ejercita durante al menos 30 minutos cada día, incluso si es actividad física de baja intensidad, tales como dar un paseo a la hora de comer o jugar con tu mascota, Imagen: salud180.com 2 Cuida lo que comes, Haz alimentos nutritivos de bajo índice glicémico, tales como las frutas y hortalizas frescas, productos lácteos bajos en grasa, carnes magras y granos enteros. Este tipo de alimentos debe ser el centro de tu dieta para, de esta manera, ayudar a aumentar la circulación y prevenir problemas de corazón. Imagen: saludpasion.com 3 Toma suplementos nutricionales con regularidad para ayudar a aumentar la circulación. La buena circulación incluye suplementos de vitamina C, vitaminas del complejo B, calcio, magnesio, y aceite de pescado omega-3.
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Además de la práctica diaria de ejercicios para mejorar la circulación sanguínea de nuestro cuerpo, es importante la dieta que consumimos en la que deben estar presentes los alimentos ricos en potasio y vitamina C y B. Esto porque ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, así como la diabetes y la obesidad, entre otros males producto de una mala alimentación.
Al respecto, el cirujano vascular y flebólogo, Iván Gutiérrez Romero, director de la clínica Flebocenter recomendó el consumo de las siguientes frutas para mejorar la circulación sanguínea – Aguaymanto. Purifica la sangre, ayuda a reducir la cantidad de colesterol y estabiliza el nivel de la glucosa – Fresa.
Favorece la circulación sanguínea y mantiene en buen estado los vasos sanguíneos. – Maracuyá. Relaja la tensión de los vasos sanguíneos y ayuda a mantener una correcta circulación sanguínea. – Manzana: Protege la salud cardiovascular, reduce los niveles de colesterol malo y otros compuestos que dañan la sangre.
– Melón. Limpia el organismo y evita la retención de líquidos. – Naranja. Fortalece las paredes capilares gracias a su alto contenido en vitamina C. – Pera. Desintoxica la sangre y ayuda a drenar los líquidos retenidos. – Plátano: Elimina el exceso de líquidos que se acumulan sobre todo en las piernas debido a su alto contenido de potasio.
– Piña. Favorece la reconstrucción de las venas, elimina toxinas e incide en la formación de colágeno. – Uva. Disminuye el riesgo de sufrir de varices y arañitas. A esta lista se debemos incluir el consumo de agua, de un litro y medio a dos litros diarios.
Fresas, arándanos y semillas de chía – Adicionalmente y como complemento, existen algunos remedios caseros que pueden ayudar a hacerle frente a esta situación. Uno de ellos es el jugo de fresas, arándanos y semillas de chía. Las dos frutas aportan vitamina C y antioxidantes, mientras que las semillas ofrecen ácidos grasos que ayudan a destapar las arterias. Las fresas y los arándanos son ricos en vitamina C y tienen propiedades antioxidantes. – Foto: Getty Images Además, un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard, encontró que un alto consumo de antocianinas puede reducir el riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM) en mujeres predominantemente jóvenes.
Así las cosas, una de las mejores formas de aprovechar los beneficios de estas dos frutas es elaborando una bebida, para la cual se requiere de una taza de leche, mejor si es de almendras; una taza de fresas, media de arándanos, un cuarto de taza de semillas de chía y una cantidad igual de hojas de menta.
Las arterias son los vasos por donde circula la sangre del corazón a los tejidos y los órganos del cuerpo, como lo reseña el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, mientras que el colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre y que el cuerpo necesita para formar células sanas.
En seguida, se deben pelar los ajos, se deben cortar por la mitad y los limones se deben cortar, pero hay que retirarles la cáscara. Después, en el recipiente donde está el agua caliente se agregan los ajos y los limones y se deja reposar por tres días dentro de la nevera.
Hay que señalar que uno de los principales beneficios del consumo de ajo es que disminuye el riesgo de sufrir problemas de presión arterial, según un estudio publicado por la revista científica Molecular and Cellular Biochemistry. Además, la revista médica Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity publicó un estudio en el que se determinó que los pacientes diabéticos que consumían ajo en ayunas para complementar su respectivo tratamiento mostraron una reducción considerable de sus niveles de glucosa.
De igual manera, el estudio realizado por investigadores del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong (China) reveló que el ajo fue superior al placebo en la reducción de colesterol sérico total (CT) y triglicéridos (TG). Adicional, la revista médica Journal of Medicinal Food publicó una investigación en la que se evidencia que el ajo puede combatir los procesos de inflamación, pues incorpora elementos como el disulfuro de dialilo que sirve para tratar de manera natural la artritis.
Por su parte, los limones contienen un alto porcentaje de antioxidantes y ayudan a proteger las células del cuerpo del daño celular. S egún una nutricionista de la Universidad CEU UCH, el limón cuenta con varias propiedades y compuestos que tienen un efecto beneficioso para el organismo y la salud de este.
Por otro lado, los flavonoides también son inhibidores del Alzheimer o el Parkinson, por lo que mejora el desarrollo cognitivo.
¿Quién está en riesgo de enfermedades vasculares? – Los factores de riesgo de las enfermedades vasculares pueden variar, dependiendo de la enfermedad específica. Pero algunos de más comunes incluyen:
Edad: El riesgo de contraer algunas enfermedades aumenta a medida que envejece Condiciones que pueden afectar el corazón y los vasos sanguíneos, como la diabetes o el colesterol alto Antecedentes familiares de enfermedades vasculares o cardíacas Infección o lesión que daña las venas Falta de ejercicio Obesidad Embarazo Estar sentado o parado por mucho tiempo Fumar
Las arterias son los vasos por donde circula la sangre del corazón a los tejidos y los órganos del cuerpo, como lo reseña el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, mientras que el colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre y que el cuerpo necesita para formar células sanas.
Sin embargo, tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación. Por tal razón, el portal Salud 180 indicó que combinar ajo con limón es ideal para limpiar las arterias y bajar el colesterol; para obtener la mezcla se necesitan cuatro limones, cuatro cabezas de ajo y tres litros de agua hervida.
En seguida, se deben pelar los ajos, se deben cortar por la mitad y los limones se deben cortar, pero hay que retirarles la cáscara. Después, en el recipiente donde está el agua caliente se agregan los ajos y los limones y se deja reposar por tres días dentro de la nevera.
Transcurrido el tiempo, se deberá consumir una cucharada media hora antes de la comida principal de cada día y si el organismo reacciona de forma positiva la dosis se incrementa a dos cucharas antes de cada alimento. El portal reveló que esta mezcla se puede consumir durante 40 días y solo una vez al año.
Hay que señalar que uno de los principales beneficios del consumo de ajo es que disminuye el riesgo de sufrir problemas de presión arterial, según un estudio publicado por la revista científica Molecular and Cellular Biochemistry. Además, la revista médica Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity publicó un estudio en el que se determinó que los pacientes diabéticos que consumían ajo en ayunas para complementar su respectivo tratamiento mostraron una reducción considerable de sus niveles de glucosa.
De igual manera, el estudio realizado por investigadores del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong (China) reveló que el ajo fue superior al placebo en la reducción de colesterol sérico total (CT) y triglicéridos (TG). Adicional, la revista médica Journal of Medicinal Food publicó una investigación en la que se evidencia que el ajo puede combatir los procesos de inflamación, pues incorpora elementos como el disulfuro de dialilo que sirve para tratar de manera natural la artritis.
Por su parte, los limones contienen un alto porcentaje de antioxidantes y ayudan a proteger las células del cuerpo del daño celular. S egún una nutricionista de la Universidad CEU UCH, el limón cuenta con varias propiedades y compuestos que tienen un efecto beneficioso para el organismo y la salud de este.
El limón contiene una serie de minerales necesarios para el día a día, como lo es la fibra, el calcio, fósforo, magnesio, potasio, vitamina A y vitamina C. Asimismo, es rico en flavonoides, los cuales previenen las enfermedades con origen oxidativo, como la isquemia, retinopatía, envejecimiento celular, diabetes tipo 2, e incluso algunos tipos de cáncer.
Por otro lado, los flavonoides también son inhibidores del Alzheimer o el Parkinson, por lo que mejora el desarrollo cognitivo.
Así se prepara – Para preparar este remedio se requiere de cuatro limones, cuatro cabezas de ajo y tres litros de agua hervida. Se pelan los ajos y se cortan los dientes en mitades. Se lavan bien los limones y se cortan en trozos pequeños, sin quitarles la corteza, se añade agua tibia, previamente hervida, y se mezcla todo.
Se distribuye la mezcla resultante en tres recipientes de cristal, se cierran bien y se guardan en la nevera durante tres días. Pasado este tiempo, se cuela el contenido y se vuelve a dejar en el refrigerador. Los primeros días, se toma una cucharada sopera (15 ml) de esta preparación, media hora antes de las principales comidas del día, si el cuerpo reaccionara bien, se aumenta a dos cucharadas soperas también, media hora antes de cada una de las comidas y progresivamente se va aumentando la dosis hasta llegar a un máximo de 50 mililitros, multiplicados por las tres comidas del día.
Es decir, hasta un máximo de 150 mililitros diarios. El tratamiento, según Mejor con Salud, dura 40 días y se puede realizar una vez al año. No obstante, la recomendación siempre es consultar con el médico para validar la viabilidad del consumo de este remedio, dependiendo de las condiciones de salud del paciente.