Introducción – Normalmente, si se lastima, su cuerpo forma un coágulo de sangre para detener la hemorragia, Para que la sangre coagule, el organismo necesita células llamadas plaquetas y proteínas conocidas como factores de coagulación. Si tiene un trastorno de coagulación, significa que no tiene suficientes plaquetas o factores de coagulación o éstos no funcionan como deberían.
Diversos análisis de sangre pueden detectar un trastorno de la coagulación. También se le realizará un examen físico y de historia médica. Los tratamientos dependen de la causa. Pueden incluir medicamentos y transfusiones de sangre, plaquetas o factor de coagulación.
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La enfermedad de Von Willebrand es un trastorno sanguíneo en el que la sangre no coagula adecuadamente. La sangre contiene muchas proteínas que ayudan a que el cuerpo pare de sangrar. Una de estas proteínas se llama factor de Von Willebrand. En las personas con la enfermedad de Von Willebrand, el nivel del factor de Von Willebrand es bajo, o esta proteína no funciona como debería.
Esto puede llevar a un sangrado abundante, difícil de detener. Aunque es raro, el sangrado puede ser lo suficientemente grave como para dañar las articulaciones o los órganos internos, o incluso poner la vida en peligro.
La concentración de sangre en el torrente sanguíneo puede alterarse por deshidratación u otras enfermedades. Estar alerta es necesario. (Artículo publicado originalmente en La Revista el 20 de enero del 2013) En todos los cuentos de hadas o en el imaginario popular se menciona que los príncipes tienen sangre azul.
Los rojos son los responsables de si estamos o no anémicos y se encargan de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y órganos. Los blancos, conocidos como leucocitos, combaten las infecciones y forman parte del sistema inmunológico de la defensa del cuerpo.
Mientras que las plaquetas ayudan a que la sangre coagule. Cuando una persona tiene la sangre más concentrada, agrega Reyes, es porque está atravesando por un proceso de deshidratación (falta de líquido en el organismo) en casos de enfermedades pulmonares, cardiacas y malignas como la policitemia vera (incremento anormal en el número de células sanguíneas, principalmente de glóbulos rojos).
La deshidratación también hace que el volumen sanguíneo circulante (líquidos) disminuya y la cantidad de células aumente. De ahí que la sangre luzca más concentrada reflejándose, mediante pruebas de laboratorio, en los valores elevados de hemoglobina (proteína que existe en los glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno).
En nuestro medio los valores normales de hemoglobina varían. Si se vive en la Costa, lo normal es que una mujer los tenga entre 12 y 12,5 g/dL, y el hombre, de 13 a 14,5 g/dL. Mientras que en la Sierra es un poco más alta porque los requerimientos de oxígeno son mayores: en la mujer hasta 14 g/dL y en el hombre hasta 16 g/dL.
Cuando alguien sobrepasa esos valores significa que la viscosidad de la sangre está aumentada y, especialmente en las personas inactivas, se eleva el riesgo de formar trombos (coágulos) en los vasos sanguíneos o en los pulmones. En el primer caso se denomina trombosis y en el segundo, embolia pulmonar.
Por lo tanto, puede causar infarto al miocardio (músculo del corazón) o un infarto cerebral que puede ser fatal. Y si la sangre está muy fluida, dice la hematóloga Bella Maldonado, se debe a que no tiene una coagulación adecuada por falta de plaquetas o por deficiencia de factores de coagulación, lo cual tiene sus riesgos como el sangrado.
La concentración de sangre en el torrente sanguíneo puede alterarse por deshidratación u otras enfermedades. Estar alerta es necesario.
Causas de los trastornos de la coagulación o por qué se producen – En la coagulación normal de la sangre intervienen plaquetas y hasta 20 proteínas plasmáticas distintas, que son los factores de coagulación. Éstos interactúan con otros químicos para formar la fibrina, una sustancia que detiene el sangrado.
Enfermedades como deficiencia de vitamina K Enfermedad hepática grave Tratamientos que utilizan medicamentos anticoagulantes Uso prolongado de antibióticos
Diagnóstico de las enfermedades de la sangre – La prueba más común para detectar alteraciones de la sangre es la extracción de sangre con un hemograma completo, seguido de pruebas más exhaustivas en caso de resultados anormales, tales como recuento de reticulocitos, prueba de coagulación, medición de proteínas, examen de médula ósea y un número de pruebas específicas de las células sanguíneas.
Verduras con mayor vitamina k –
Kale, espinacas, col rizada o lombarda, endibias, repollo, coles de Bruselas, lechuga romana, berros, brócoli, espárragos, remolacha, cebollino o nabo verde.
Hay dos maneras de comprobar si una mujer es portadora de la hemofilia. La primera es comprobar el nivel de factor coagulante en su sangre. Las mujeres que llevan el gen de la hemofilia podrían tener un nivel más bajo de lo normal. Algunas portadoras pueden tener niveles de factor tan bajos que son suficientes para causarles problemas de sangrados.
Este tipo de prueba no se realiza hace cuando una mujer se encuentra embarazada, lactando a un bebé, ni tomando pastillas contraceptivas. Todo esto puede afectar los resultados de la prueba. La segunda manera de detectar si una mujer es portadora es a través de una prueba del ADN.
El ADN es la sustancia de la cual están formados los genes. Para realizar la prueba del ADN, se toma una muestra de ADN de la sangre de la mujer y se examina para detectar el gen de la hemofilia. Ambos, el resultado del examen de ADN y el historial médico familiar, se usan para encontrar las respuestas.
La prueba del ADN casi siempre es correcta. Se requiere obtener pequeñas muestras de sangre de un pariente con hemofilia, los padres de la persona a ser diagnosticada y, algunas veces, de los abuelos y los hermanos también. Los resultados de la prueba pueden tardar hasta tres meses.
hijas de hombres con hemofilia, madres que han dado a luz a más de un hijo con hemofilia, madres que tienen un hijo con hemofilia y otro pariente con hemofilia.
Cuando una madre tiene un sólo hijo con hemofilia y no existe historial de hemofilia en la familia, ella lo mismo puede ser o no portadora. Puede que haya ocurrido una mutación en el gen. Esa mutación pudo darse en la madre, en uno de sus antepasados, o en el hijo que nace con la hemofilia.
El tratamiento de la hemofilia ha cambiado mucho en los últimos 50 años; hoy, quienes la padecen pueden vivir plenamente. Y los nuevos tratamientos podrían ser revolucionarios. Hace un siglo, la esperanza de vida promedio de alguien que padecía el trastorno hemorrágico llamado hemofilia era de solo 13 años.
Incluso entrados los años 60, la expectativa de vida de un paciente hemofílico era de apenas 30 años. Hoy en día, un niño que padece esta enfermedad puede vivir una vida larga y activa. Los avances logrados en los tratamientos de la hemofilia en los últimos 50 años han transformado por completo las vidas de quienes la padecen.
Lo que antes era una condena a muerte hereditaria se ha vuelto una enfermedad que puede tratarse con éxito en el hogar. ¿Y qué pasará en el futuro? Las técnicas genéticas de vanguardia podrían tener el potencial para dar el paso siguiente y ofrecer un solo tratamiento para lo que hasta ahora ha sido una carga para toda la vida.
La vitamina K es una sustancia que nuestro cuerpo necesita para formar coágulos y para detener los sangrados. Nosotros obtenemos la vitamina K de los alimentos que consumimos. Las bacterias buenas que viven en nuestros intestinos también producen algo de vitamina K.
Diagnóstico de las enfermedades de la sangre – La prueba más común para detectar alteraciones de la sangre es la extracción de sangre con un hemograma completo, seguido de pruebas más exhaustivas en caso de resultados anormales, tales como recuento de reticulocitos, prueba de coagulación, medición de proteínas, examen de médula ósea y un número de pruebas específicas de las células sanguíneas.
Los trastornos hemorrágicos son afecciones infrecuentes que afectan la forma en que el cuerpo controla la coagulación. Si la sangre no coagula normalmente, posiblemente experimente problemas por sangrado excesivo después de una lesión o cirugía. Este tema de salud se centrará en los trastornos hemorrágicos que son causados por problemas con los factores de coagulación, incluida la hemofilia y la enfermedad de von Willebrand. Los trastornos hemorrágicos son afecciones infrecuentes que afectan la forma en que el cuerpo controla la coagulación. Si la sangre no coagula normalmente, posiblemente experimente problemas por sangrado excesivo después de una lesión o cirugía. Este tema de salud se centrará en los trastornos hemorrágicos que son causados por problemas con los factores de coagulación, incluida la hemofilia y la enfermedad de von Willebrand.
Un trastorno hemorrágico puede ser hereditario, es decir: se nace con el trastorno, o puede ser adquirido, es decir: se desarrolla durante la vida. Los síntomas pueden incluir la fácil formación de moretones, los períodos menstruales con sangrado abundante y los sangrados nasales que ocurren con frecuencia.
Incluso cuando no necesite medicamentos para tratar el trastorno hemorrágico, el médico le podrá recomendar que tome precauciones antes de un procedimiento médico o durante el embarazo para prevenir los problemas hemorrágicos en el futuro.