2.- Hemorragia intraabdominal – La hemorragia intraoperatoria se observa en 1.1% a 11% de los perros y gatos sometidos a gonadectomía y es más común en perros> 50 lb (22.7 kg) o cuando los estudiantes realizan la cirugía.1,4,16 La hemorragia abdominal postoperatoria se observa en ≤ El 2,8% de los pacientes sometidos a gonadectomía4. El manejo de tejido áspero, la técnica de ligadura deficiente, la inexperiencia y la exposición inadecuada pueden desempeñar un papel en la hemorragia intraabdominal. Los gatos sometidos a gonadectomía tienen menos probabilidades de experimentar hemorragia intraabdominal que los perros, incluso si las ligaduras no se usan para la hemostasia del pedículo ovárico, ya que los pedículos ováricos felinos son generalmente pequeños, menos vasculares y más móviles en comparación con los pedículos ováricos caninos. En un estudio de 2136 gatos sometidos a un empate pedicular OHE, el 0.28% de los gatos experimentó hemorragia intraabdominal 17 ; La mayoría de los casos fueron reconocidos y corregidos durante el procedimiento. En ese estudio, se observó hemorragia pedicular uterina en el 0,14% de los gatos y hemorragia del ligamento suspensorio en el 0,05% de los gatos. La hemorragia grave por gonadectomía es rara, pero puede producirse sangrado por la incisión o, en perros sometidos a esterilización prescrotal, en el escroto. En un estudio de esterilización escrotal y prescrotal en 437 perros> 6 meses de edad, se observó hemorragia en el 16% de todos los perros.11 El sangrado se produjo con mayor frecuencia en perros más grandes, y el abordaje quirúrgico no fue un factor en su ocurrencia.11 En otro En el estudio de la esterilización escrotal con ataduras pediculares sin suturas en perros <6 meses de edad, no se observó hemorragia postoperatoria.10 La hemorragia después de la esterilización a menudo está relacionada con el sangrado de las túnicas o el tejido SC y generalmente es autolimitante.14 Los pacientes afectados pueden ser tratados. con presión local (perros, escroto; gatos, escroto o anillo inguinal), compresas frías, sedación y restricción de ejercicio y monitorizado para detectar cambios significativos en el hematocrito. Los perros con hematomas escrotales severos pueden desarrollar abscesos o necrosis escrotal que requieren ablación escrotal. En casos raros, los vasos testiculares pueden retraerse a través del anillo inguinal hacia la cavidad peritoneal, lo que produce una hemorragia intraabdominal. En estos pacientes, los signos clínicos y el tratamiento son similares a los de los pacientes con hemorragia postoperatoria después de OHE.
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¿Es frecuente el sangrado vaginal después de la histerectomía? ¿Cuánto debería durar? – Respuesta de Shannon K. Laughlin-Tommaso, M.D. La histerectomía es la extirpación quirúrgica del útero. Es característico tener flujo vaginal con sangre durante varios días e incluso semanas después de una histerectomía, a medida que los puntos (las suturas) se disuelven y el tejido cicatriza.
With Shannon K. Laughlin-Tommaso, M.D.
También debes tener en cuenta que las heridas internas aún están cicatrizando. Si ella está contenta y su herida está curando bien no tienes porque preocuparte. Pero no dejes de vigilarla, si ves que su ánimo decae o sangra más de lo normal, acude a tu veterinario.
Tras la castración, la mayoría de los perros vuelven a su completa normalidad a los pocos días de la intervención. Sin embargo, hay algunos signos y síntomas después de castrar a un perro que, si bien suelen ser comunes y frecuentes, no deberían prolongarse más de 36-48 horas. Te los detallamos a continuación.
Hematomas, irritaciones e hinchazón: que el sitio de la incisión de la castración o esterilización se encuentre hinchado, enrojecido o puede tener algunas costras no tiene por que ser algo malo a priori. Pero debes tener en cuenta que es una herida que debería curar con relativa rapidez.
¿Tras la intervención, qué debemos saber? – La evolución y la innovación en la cirugía ha convertido la esterilización en una intervención quirúrgica de rápida recuperación para nuestras mascotas, Normalmente, la recuperación total suele tardar entre 7 y 10 días.
1. Evitar que la perra se lama la herida – La saliva de los animales contiene enzimas con efecto antiséptico, pero también bacterias. «Las propiedades curativas para las heridas de la saliva del can son una leyenda y no es nada recomendable dejar que se lama los puntos tras la esterilización», afirma Llamas.
Además, es posible que al lamerse se abra la herida, con el consiguiente riesgo de infección, al dejar expuesta la zona a la entrada de bacterias. Para evitar que la perrita lama su herida, durante la semana posterior a la operación se utiliza el denominado collar isabelino. Este collar es una pieza de plástico, de aspecto similar al de una campana, que se coloca alrededor del cuello del can.
De esta forma, la hembra, por mucho que lo intente, no puede tocar la zona de los puntos.
El dolor postoperatorio, es muy importante en el área veterinaria, pues afecta tanto al paciente que es intervenido quirúrgicamente, como al dueño de la mascota que sufre junto con ella. Un paciente que es sometido a una intervención quirúrgica, presenta dos tipos de dolor: el primero de tipo agudo, extremadamente violento que puede ser de tipo visceral o somático, dependiendo del tipo de cirugía, derivado de la manipulación de tejidos y órganos, conocido como dolor intraoperatorio; algo importante de aclarar es que un paciente anestesiado puede experimentar dolor, por ello la importancia del manejo analgésico preoperatorio y perioperatorio.
El segundo tipo de dolor que experimentan los pacientes quirúrgicos, es el dolor postoperatorio, también considerado agudo pero de menor magnitud, este dolor es el referido al término del acto quirúrgico, y se presenta por las lesiones en el tejido, derivadas del acto quirúrgico y de la estimulación de receptores nerviosos periféricos y/o centrales.
La incidencia de dolor postoperatorio ocurre en el 100% de los pacientes, la intensidad del dolor puede ser en mayor o menor magnitud, de acuerdo al tipo de intervención al que haya sido sometido el paciente, (no existe cirugía que no produzca dolor por más mínima que esta sea).
De ahí la importancia de comprender que el dolor postoperatorio no es un problema minúsculo y es responsabilidad del médico veterinario tratarlo de manera adecuada. Hoy en día entendemos que el control adecuado de dolor posoperatorio, trae consigo beneficios al paciente, que conducen una mejor recuperación, mejor pronóstico, disminución de la morbilidad y mortalidad posquirúrgica.
El dolor agudo no tiene una función biológica, se trata de un dolor provocado cuyo control inadecuado conduce a reacciones fisiopatológicas y psicológicas anormales en el paciente, causante de complicaciones frecuentes. Debido a que los animales sienten y anticipan el dolor por mecanismos similares a los presentados por los humanos, el énfasis dado en medicina humana, debe ser aplicado en medicina veterinaria. Imagen 1: efectos perjudiciales del dolor agudo en animales La evaluación del dolor en animales es muy complicada.
Al limpiar una herida, masajea suavemente la piel circundante para abrirla y promover el drenaje. Es normal que notes algo de secreción o sangrado cuando hagas esto. En este punto, observa si parece estar infectado (una secreción espesa o coloreada) o si es un líquido claro y delgado.
Cuidados posteriores a la castración del gato – El gato podrá volver a casa el mismo día que se realice la intervención. No debe dejarse solo en casa ese día, pero puede comer después de ser recogido. Debe comprobarse diariamente que las heridas estén secas y presenten buen aspecto.
Generalmente, la conducta sexual distintiva del macho desaparecerá en el plazo de un mes a partir de la intervención. Por lo tanto, durante el período inicial, puede producirse un apareamiento fértil con los espermatozoides que todavía haya en el conducto deferente.
Una incisión es un corte a través de la piel que se hace durante una cirugía. También se denomina herida quirúrgica. Algunas incisiones son pequeñas, otras son grandes. El tamaño de la incisión depende de la clase de cirugía que se le practicó. Algunas veces, una incisión se abre.
Un apósito ayuda a absorber cualquier secreción e impedir que la piel se cierre antes de que la herida se llene por debajo. Es importante limpiarse las manos antes de cambiar el apósito. Usted puede usar un limpiador a base alcohol. O puede lavarse las manos siguiendo estos pasos:
Quítese todas las joyas de las manos.Mójese las manos, metiéndolas en agua corriente y caliente.Agregue jabón y lávese las manos durante 15 a 30 segundos (cante “Feliz Cumpleaños” o la “Canción del Alfabeto” una vez). Limpie también bajo las uñas.Enjuague bien.Seque con una toalla limpia.
El médico o el personal de enfermería le dirá con qué frecuencia debe cambiar su apósito, Para prepararse para el cambio de apósito:
Límpiese las manos antes de tocar el apósito.Constate que tenga a mano todos los suministros.Tenga una superficie de trabajo limpia.
Retire el apósito viejo:
Despegue la cinta de la piel con cuidado.Use un guante médico limpio (no estéril) para agarrar el apósito viejo y arrancarlo.Si el apósito se pega a la herida, humedézcalo e intente de nuevo, a menos que el médico le haya dado instrucciones para retirarlo seco.Ponga el apósito viejo en una bolsa plástica y deséchela.Lávese las manos de nuevo después de quitar el apósito viejo.
Puede usar una almohadilla de gasa o una tela suave para limpiar la piel alrededor de la herida:
Use una solución salina normal (agua con sal) o agua jabonosa suave.Empape la gasa o la tela en la solución salina o en agua jabonosa y dé toquecitos suaves o limpie la herida con ella.Trate de eliminar toda supuración y cualquier sangre seca u otra materia que se pueda haber acumulado en la piel.No use limpiadores cutáneos, alcohol, peróxido, yodo ni jabones con químicos antibacterianos, ya que pueden dañar el tejido de la herida y demorar su cicatrización.
El médico también puede pedirle que irrigue o lave la herida:
Llene una jeringa con agua con sal o agua jabonosa, lo que el médico recomiende.Sostenga la jeringa de 1 a 6 pulgadas (de 2.5 a 15 centímetros) de distancia de la herida. Rocíe fuertemente dentro de esta para lavar los líquidos y secreciones.Use una tela seca y suave o un pedazo de gasa para secar cuidadosamente la herida dando palmaditas.
No se aplique ninguna loción, crema ni remedios herbales en la herida ni a su alrededor sin preguntarle primero al médico. Ponga el apósito limpio sobre la herida como el médico o el personal de enfermería le enseñaron.