La sangre es un tejido líquido que recorre el organismo a través de arterias, venas y capilares, y que transporta diferentes elementos, como glóbulos rojos, blancos, plasma y plaquetas, necesarios para realizar funciones vitales. La cantidad de sangre de una persona está relacionada con la edad, peso, sexo y altura. Un adulto tiene entre 4,5 y 6,0 litros de sangre en su cuerpo. Como todos los tejidos, la sangre cumple múltiples funciones, entre ellas oxigenación de todos los tejidos, defensa ante infecciones, coagulación de la sangre ante heridas y sangrado. Para cumplir con todas estas, cuenta con diferentes tipos de células, factores de coagulación, etc.
suspendidos en el plasma. Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se encuentra en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas ilíacas) y en los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero). La sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula ósea se encuentra fabricando durante toda la vida células sanguíneas, ya que éstas tienen un tiempo limitado de vida.
Esta “fábrica”, ante determinadas situaciones de salud, puede aumentar su producción en función de las necesidades. Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la producción de glóbulos rojos y ante una infección aumenta la producción de glóbulos blancos.
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La anemia debida a una hemorragia abundante se produce cuando la pérdida de glóbulos rojos es superior a su producción.
Cuando la pérdida de sangre es rápida, la presión arterial disminuye y las personas pueden sentirse mareadas. Si es gradual, las personas afectadas sienten cansancio y ahogo, y palidecen. Para determinar el origen de una hemorragia a veces es necesario un análisis de heces y de orina, y pruebas de diagnóstico por la imagen. Debe corregirse la causa de la hemorragia y, si es necesario, hay que realizar una transfusión y administrar suplementos de hierro.
Cuando se pierde sangre, el cuerpo absorbe agua rápidamente de los tejidos hacia el torrente sanguíneo con el fin de mantener los vasos llenos. Como resultado, la sangre se diluye y el hematócrito (el porcentaje de glóbulos rojos en la cantidad total de sangre del organismo o volumen total de sangre) se reduce.
Al principio, los síntomas de la anemia pueden ser graves, en especial si esta se desarrolla rápidamente como consecuencia de una pérdida repentina de sangre debida a una lesión, una intervención quirúrgica, un parto o una rotura de un vaso sanguíneo.
El suministro de oxígeno se reduce drásticamente debido a la rápida reducción del número de células encargadas de su transporte.
Es mucho más frecuente que la pérdida aguda de sangre y puede provenir de diferentes partes del cuerpo. A diferencia de las grandes cantidades de sangre perdida, como en las hemorragias nasales o en las hemorroides, cantidades de sangre más pequeñas pasan fácilmente inadvertidas.
obtenga más información de estómago o intestino delgado, pólipos Pólipos de colon y recto Un pólipo es un crecimiento que sobresale del tejido de la pared de un espacio hueco, como el intestino. Algunos pólipos son causados por trastornos hereditarios. El síntoma más frecuente es. obtenga más información en el intestino grueso, o cáncer del intestino grueso Cáncer colorrectal Los antecedentes familiares y algunos factores de la dieta (poca fibra, muchas grasas) aumentan el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
Y después de perder más del 50 por ciento de la sangre del cuerpo o aproximadamente unos 2,75 litros, la persona entrará en coma – Cuando la pérdida se sitúa por debajo del 40 por ciento, lo más probable es que ya se necesite una transfusión de sangre,
Pero, si recibe un tratamiento médico rápido, entonces tiene posibilidades de sobrevivir, aunque es poco probable.
Científicamente se ha comprobado que el cuerpo de un humano adulto puede albergar entre 4.5 y 6 litros de sangre, aproximadamente, lo que supone, a groso modo, entre un 7 y un 8% de nuestro peso corporal.
Cuerpo humano La sangre es esencial para la vida, y circula por nuestro cuerpo transportando sustancias esenciales como el oxígeno y nutrientes a las células y tejidos del cuerpo, además de desechos metabólicos para su eliminación.01/09/2020 ¿Sabías que tenemos la suficiente sangre en nuestro cuerpo como para llenar casi una jarra de leche de 4 litros? De hecho, se calcula que, el adulto promedio, posee entre 4,5 a 5,5 litros de sangre circulando en el interior de su cuerpo,
Debido principalmente a que los niños tienen un tamaño más pequeño, y a que sus huesos, músculos y órganos tienden a no pesar tanto, su sangre constituye un porcentaje muchísimo mayor de su peso corporal, en comparación con los adultos. Sin embargo, los bebés recién nacidos tienen entre 75 y 80 mililitros de sangre por cada kilogramo de peso corporal.
En el caso de los niños, sin embargo, suele tener entre 70 y 75 ml de sangre por cada kilogramo de peso corporal. Mientras que, en el caso de las mujeres embarazadas, para ayudar a sus bebés en desarrollo y crecimiento, tienen entre un 30 a un 50 por ciento más de volumen de sangre que las mujeres no embarazadas, lo que supone alrededor de 1 a 1,50 litros adicionales de sangre.
Riesgos – La donación de sangre es segura. Se utilizan equipos nuevos, estériles y desechables para cada donante, por lo que no hay riesgos de contraer una infección de transmisión hemática al donar sangre. Si eres un adulto sano, generalmente puedes donar una pinta (aproximadamente medio litro) de sangre sin poner en peligro tu salud.
¿Quién puede donar? Cualquier persona entre 18 y 65 años, con buena salud y que no mantenga hábitos de vida nocivos para la salud. ¿Con qué frecuencia se pueden hacer las donaciones de sangre? Debe mantenerse un intervalo, mínimo, de dos meses entre donaciones.
Las mujeres pueden donar sangre un máximo de tres veces el año y los hombres cuatro. La sangre, ¿es diferente en cada persona? Sí. Cada persona tiene un grupo ABO y Rh. Las transfusiones se pueden hacer siempre que el grupo del donante y del receptor sean compatibles. Una transfusión incompatible puede provocar una reacción inmunológica.
¿Es importante la tensión arterial en la donación de sangre? Sí. Antes de donar sangre, siempre se mide la tensión arterial de los posibles donantes. Las personas con la tensión máxima por encima de 18 mmHg o la mínima por encima de 10 mmHg no pueden donar sangre.
¿Se practica algún tipo de reconocimiento antes de proceder a la donación de sangre? Sí. Posteriormente a la toma de datos personales, deberá cumplimentarse una encuesta de salud, se le tomará una muestra de sangre a fin de determinar la hemoglobina, se controlará la tensión arterial y el pulso.
Si todos los parámetros son correctos, se procederá a realizar la donación propiamente dicha. ¿Es doloroso el pinchazo? El pinchazo tan solo se nota en el momento de canalizar la vena. Se utiliza un material específico para ello, por lo que las molestias, si las hay, son mínimas. ¿Cuánto tiempo se tarda en hacer una donación de sangre? La donación propiamente dicha dura de siete a diez minutos.
Si a ello sumamos el tiempo de la entrevista con el personal sanitario y el período de reposo posterior, tardaremos de 30 a 40 minutos. ¿En cuanto tiempo recuperamos lo que hemos donado? Con respecto al volumen sanguíneo, si reponemos líquidos en unas cuatro o cinco horas se recupera totalmente.
Los glóbulos blancos, en unas 12 horas; las plaquetas, en unos tres días, y lo que tarda más son los glóbulos rojos, unos dos meses. Por eso se hace imprescindible guardar este intervalo de tiempo entre dos donaciones de sangre. ¿Cómo me encontraré tras la donación? La gran mayoría de donantes se encuentran perfectamente bien tras una donación.
Para evitar posibles mareos, se debe tomar más líquidos de lo normal durante las 12 horas siguientes. El hecho de no donar en ayunas también evita esos mareos. ¿Se puede contraer alguna enfermedad infecciosa durante la donación de sangre? No. Todo el material utilizado es de un solo uso y está perfectamente esterilizado.
1. Tienes unos 30 billones de glóbulos rojos – Las células más abundantes de tu cuerpo son los glóbulos rojos. Se cree que hay unos 26 billones en los hombres y la cifra es algo menor en las mujeres. Las plaquetas también son muy abundantes, aunque su número es mucho menor.
La sangre es un tejido líquido que recorre el organismo a través de arterias, venas y capilares, y que transporta diferentes elementos, como glóbulos rojos, blancos, plasma y plaquetas, necesarios para realizar funciones vitales. La cantidad de sangre de una persona está relacionada con la edad, peso, sexo y altura. Un adulto tiene entre 4,5 y 6,0 litros de sangre en su cuerpo. Como todos los tejidos, la sangre cumple múltiples funciones, entre ellas oxigenación de todos los tejidos, defensa ante infecciones, coagulación de la sangre ante heridas y sangrado. Para cumplir con todas estas, cuenta con diferentes tipos de células, factores de coagulación, etc.
Suspendidos en el plasma. Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se encuentra en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas ilíacas) y en los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero). La sangre es un tejido renovable del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula ósea se encuentra fabricando durante toda la vida células sanguíneas, ya que éstas tienen un tiempo limitado de vida.
Esta “fábrica”, ante determinadas situaciones de salud, puede aumentar su producción en función de las necesidades. Por ejemplo, ante una hemorragia aumenta hasta siete veces la producción de glóbulos rojos y ante una infección aumenta la producción de glóbulos blancos.
21 septiembre, 2012 Un litro de agua sí pesa un kilo, pero un litro de sangre pesa un poquito más. Esto es porque ambos líquidos tienen diferente densidad, una propiedad que tiene que ver con la cantidad de una sustancia que cabe en un volumen dado. La sangre es más densa que el agua porque contiene, además de la parte líquida, células (como los glóbulos rojos), proteínas y otras sustancias.
¿Cuáles son las ventajas de donar sangre? –
Donar sangre no engorda ni debilita, sino todo lo contrario, pues los órganos reciben sangre joven al producirse células nuevas, glóbulos rojos que transportan oxígeno fresco.La sangre fluye mejor. Con la donación, la sangre fluye de manera menos perjudicial para el revestimiento de los vasos sanguíneos. Esto significa menor bloqueo arterial y menor riesgo a sufrir un ataque al corazón y accidentes cerebrovasculares.Mejora el proceso de circulación permitiendo mayor oxigenación a los tejidos del cuerpo
Por el volumen que se extrae, lo máximo es de 450 ml (10). El peso no debe de exceder de 10.5 ml. por kg. de peso incluyendo las muestras que se extraen.
Color – El color de la sangre humana varía de rojo brillante cuando se oxigena a un rojo más oscuro cuando se desoxigena. Debe su color a la hemoglobina, a la que se une el oxígeno. La sangre desoxigenada es más oscura debido a la diferencia en la forma de los glóbulos rojos cuando la hemoglobina se une a ella (oxigenada) comparado con cuando no se une a ella (desoxigenada).
La densidad – La relación entre masa y volumen se llama densidad, y mide la cantidad de masa que cabe en un volumen determinado. El agua tiene una densidad de 1 kg/l, es decir, 1 litro de agua tiene una masa justo de 1 kilogramo. ¿Alguna vez has intentado mezclar agua con aceite? Habrás observado que el aceite se queda flotando arriba y el agua se queda debajo.
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Acerca de Últimas entradas
Maestra de educación infantil con especialización en Conocimiento del medio desde las ciencias y las matemáticas. Forma parte del equipo de desarrollo de contenidos de Smartick y se encarga de la elaboración y secuenciación de enunciados. Últimas entradas de Inés Del Amo Blanco ( ver todo )
En los más pequeños – Respecto a los más pequeños, cuando los niños tienen 5 o 6 años, tienen aproximadamente la misma cantidad de sangre que los adultos, pero debido a que los niños son más pequeños y sus huesos, músculos y órganos no pesan tanto, su sangre representa un mayor porcentaje de su peso corporal que en los adultos.
Sangrado normal – Un sangrado menstrual normal suele ser de unos 30 a 50 ml, más o menos. Esta cantidad es el total del periodo, ya que es normal que haya días en los que el flujo sea mucho mayor que otros en los que es más ligero, sobre todo en los últimos días de la regla.
¿Quién puede donar? Cualquier persona entre 18 y 65 años, con buena salud y que no mantenga hábitos de vida nocivos para la salud. ¿Con qué frecuencia se pueden hacer las donaciones de sangre? Debe mantenerse un intervalo, mínimo, de dos meses entre donaciones.
Las mujeres pueden donar sangre un máximo de tres veces el año y los hombres cuatro. La sangre, ¿es diferente en cada persona? Sí. Cada persona tiene un grupo ABO y Rh. Las transfusiones se pueden hacer siempre que el grupo del donante y del receptor sean compatibles. Una transfusión incompatible puede provocar una reacción inmunológica.
¿Es importante la tensión arterial en la donación de sangre? Sí. Antes de donar sangre, siempre se mide la tensión arterial de los posibles donantes. Las personas con la tensión máxima por encima de 18 mmHg o la mínima por encima de 10 mmHg no pueden donar sangre.
¿Se practica algún tipo de reconocimiento antes de proceder a la donación de sangre? Sí. Posteriormente a la toma de datos personales, deberá cumplimentarse una encuesta de salud, se le tomará una muestra de sangre a fin de determinar la hemoglobina, se controlará la tensión arterial y el pulso.
Si a ello sumamos el tiempo de la entrevista con el personal sanitario y el período de reposo posterior, tardaremos de 30 a 40 minutos. ¿En cuanto tiempo recuperamos lo que hemos donado? Con respecto al volumen sanguíneo, si reponemos líquidos en unas cuatro o cinco horas se recupera totalmente.
Para evitar posibles mareos, se debe tomar más líquidos de lo normal durante las 12 horas siguientes. El hecho de no donar en ayunas también evita esos mareos. ¿Se puede contraer alguna enfermedad infecciosa durante la donación de sangre? No. Todo el material utilizado es de un solo uso y está perfectamente esterilizado.
Los glóbulos rojos tardan de cuatro a seis semanas en sustituirse. Por eso se necesita un espacio de 8 semanas entre donaciones de sangre completas.
Una hemorragia uterina excesiva se refiere a la pérdida de más de un litro de sangre o síntomas de una pérdida de sangre importante que se produce durante las primeras 24 horas después del parto. Después del nacimiento del bebé, un sangrado excesivo desde el útero es uno de los principales motivos de preocupación.
Se considera que la pérdida de sangre es excesiva si se da alguna de las características siguientes durante las primeras 24 horas después del parto:
Se pierden más de 2 pintas de sangre (cerca de 1 litro). La mujer presenta síntomas de pérdida significativa de sangre, como presión arterial baja, ritmo cardíaco rápido, mareos, aturdimiento, fatiga y debilidad.
La pérdida de una cantidad excesiva de sangre suele producirse poco después del parto, pero el riesgo subsiste hasta 1 mes más tarde. La causa más frecuente de sangrado excesivo durante el alumbramiento es
Un útero que no comienza a contraerse tras el alumbramiento y que, en cambio, permanece suelto y distendido (una afección llamada atonía uterina)
Cuando el útero no comienza a contraerse después del alumbramiento, los vasos sanguíneos que se abrieron tras el desprendimiento de la placenta siguen sangrando. Las contracciones pueden verse afectadas en las situaciones siguientes:
Cuando el parto ha sido prolongado, anómalo o rápido. Cuando la mujer ha dado a luz cinco o más hijos. Cuando se ha utilizado un anestésico relajante muscular durante las contracciones y el parto.
El sangrado excesivo también puede ocurrir en las siguientes situaciones:
Cuando se rompe la vagina o el cuello uterino durante el parto Cuando una parte de la placenta sigue dentro del útero después del alumbramiento.
El sangrado excesivo después de un parto puede aumentar el riesgo de repetición de episodios similares en los partos siguientes. El diagnóstico de hemorragia posparto se basa en la observación cercana de la cantidad de sangrado. La vagina y el perineo se examinan para comprobar la presencia de desgarros que puedan necesitar cura.
El médico puede presionar suavemente el abdomen de la madre para palpar el útero y comprobar su firmeza. Un útero blando puede significar que no se contrae como debería y está acumulando sangre en su interior. La monitorización de los signos vitales de la madre, como la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, puede ayudar al médico a determinar si la pérdida de sangre es excesiva.
Un descenso abrupto de la tensión arterial o una frecuencia cardíaca rápida pueden indicar un sangrado excesivo.