Resúmenes – El corazón contiene 4 cámaras en las cuales fluye la sangre. La sangre entra en la aurícula derecha y pasa a través del ventrículo derecho, el cual bombea la sangre a los pulmones donde ésta se oxigena. La sangre oxigenada es traída de nuevo al corazón por medio de las venas pulmonares que entran a la aurícula izquierda.
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Mantener la cantidad de oxígeno que circula en la sangre en los niveles indicados es clave para el buen funcionamiento del organismo. La mayor parte del oxígeno es transportado por los glóbulos rojos, los cuales lo recolectan de los pulmones y lo envían a todas las partes del cuerpo.
El nivel de oxígeno en la sangre es un indicador de qué tan bien el cuerpo distribuye el oxígeno de los pulmones a las células. Según Medical News Today, los niveles normales varían entre 75 y 100 milímetros de mercurio (mm Hg), si están por debajo de 60 mm Hg, es posible que la persona requiera suplementos de oxígeno.
Cuando el nivel de oxígeno en la sangre es demasiado bajo puede ser una señal de una afección conocida como hipoxemia. Esto significa que al cuerpo le cuesta administrar el oxígeno a todas sus células, tejidos y órganos. Algunos de los síntomas que pueden indicar que estos niveles están bajos son la falta de aire, dolor de cabeza, intranquilidad, mareos, respiración acelerada, dolor de pecho, confusión, presión arterial alta, falta de coordinación, trastornos visuales, sensación de euforia y ritmo cardíaco rápido.
En estos casos no se requiere controlar estos niveles de forma regular. Sin embargo, las personas con enfermedades pulmonares crónicas, fibrosis pulmonar o enfisema, pueden tener niveles de oxígeno en la sangre por debajo de lo normal como consecuencia de su enfermedad.
La clorofila: Esta sustancia se puede obtener a través del consumo de algas y hojas verdes como las espinacas, hojas de brócoli, acelgas, perejil, espárragos, pimientos y col rizada. Su consumo tiene beneficios relacionados con la oxigenación de la sangre y aumento de su producción.
Varias vitaminas del grupo B, incluidas la tiamina, la riboflavina y el ácido pantenoico, desempeñan un papel esencial en los procesos metabólicos celulares que convierten los alimentos en energía, mientras que la vitamina B12 (cobalamina) ayuda a promover el desarrollo de glóbulos rojos que transportan oxígeno al
Muchas personas que usan oxígeno en casa a largo plazo no lo necesitan. – Después de una enfermedad grave, la terapia con oxígeno puede ayudarte a mejorar, pero después de recuperarte, posiblemente ya no necesites el oxígeno adicional. Dos pruebas comunes pueden indicar si necesitas oxígeno adicional: un oxímetro de pulso, que se te coloca en el dedo, o una prueba de gases en la sangre, que se toma de una arteria en la muñeca.
Vitamina B12 – Todas las vitaminas B son buenas para el cerebro, pero la B12 es la más importante. El cuerpo usa B12 para la producción de vainas de mielina, una capa aislante de proteína y grasa que se forma alrededor de los nervios y permite que los impulsos eléctricos viajen rápida y eficientemente.
La vitamina B-12 y otras vitaminas B desempeñan un papel importante en la producción de sustancias químicas del cerebro que afectan el estado de ánimo y otras funciones cerebrales. Los bajos niveles de vitamina B-12 y otras vitaminas B, como la vitamina B-6 y el ácido fólico, pueden estar relacionados con la depresión.