Según la Fundación Española del Corazón (FEC), la formación de coágulos es un mecanismo complejo que tiene como finalidad prevenir el sangrado tras sufrir un daño.
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Además de la práctica diaria de ejercicios para mejorar la circulación sanguínea de nuestro cuerpo, es importante la dieta que consumimos en la que deben estar presentes los alimentos ricos en potasio y vitamina C y B. Esto porque ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, así como la diabetes y la obesidad, entre otros males producto de una mala alimentación.
Al respecto, el cirujano vascular y flebólogo, Iván Gutiérrez Romero, director de la clínica Flebocenter recomendó el consumo de las siguientes frutas para mejorar la circulación sanguínea – Aguaymanto. Purifica la sangre, ayuda a reducir la cantidad de colesterol y estabiliza el nivel de la glucosa – Fresa.
Favorece la circulación sanguínea y mantiene en buen estado los vasos sanguíneos. – Maracuyá. Relaja la tensión de los vasos sanguíneos y ayuda a mantener una correcta circulación sanguínea. – Manzana: Protege la salud cardiovascular, reduce los niveles de colesterol malo y otros compuestos que dañan la sangre.
– Piña. Favorece la reconstrucción de las venas, elimina toxinas e incide en la formación de colágeno. – Uva. Disminuye el riesgo de sufrir de varices y arañitas. A esta lista se debemos incluir el consumo de agua, de un litro y medio a dos litros diarios.
¿Qué necesito saber acerca de warfarina y la vitamina K? –
Verduras con mayor vitamina k –
Kale, espinacas, col rizada o lombarda, endibias, repollo, coles de Bruselas, lechuga romana, berros, brócoli, espárragos, remolacha, cebollino o nabo verde.
Las verduras de hoja verde como las espinacas, la acelga y la lechuga se caracterizan por su contenido en filoquinona, la fuente principal de vitamina K. Esta vitamina participa de manera directa en la coagulación de la sangre. Su consumo adecuado evita pérdidas de sangre al frenar las hemorragias, si bien un elevado consumo de alimentos ricos en esta vitamina, como las verduras de hoja, puede interferir con el efecto de ciertos medicamentos recetados para regular la coagulación sanguínea.
Extracciones de sangre – El tratamiento más frecuente para la policitemia vera son las extracciones periódicas de sangre mediante una aguja que se inserta en una vena (flebotomía). Es el mismo procedimiento que se utiliza para donar sangre. Esto disminuye el volumen sanguíneo y reduce el número de células sanguíneas en exceso.
La concentración de sangre en el torrente sanguíneo puede alterarse por deshidratación u otras enfermedades. Estar alerta es necesario. (Artículo publicado originalmente en La Revista el 20 de enero del 2013) En todos los cuentos de hadas o en el imaginario popular se menciona que los príncipes tienen sangre azul.
Pero en el mundo real está claro que es roja. Tampoco es tan líquida como el agua o tan viscosa como el aceite, pero sí puede en algunas personas estar un poco más concentrada por lo que puede lucir más oscura Según la doctora Inés Reyes Peña, especialista en hematología y oncología, la sangre está compuesta por una parte líquida llamada plasma, que contiene agua, sales y proteínas, y por una sólida formada por glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Los rojos son los responsables de si estamos o no anémicos y se encargan de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y órganos. Los blancos, conocidos como leucocitos, combaten las infecciones y forman parte del sistema inmunológico de la defensa del cuerpo.
Mientras que las plaquetas ayudan a que la sangre coagule. Cuando una persona tiene la sangre más concentrada, agrega Reyes, es porque está atravesando por un proceso de deshidratación (falta de líquido en el organismo) en casos de enfermedades pulmonares, cardiacas y malignas como la policitemia vera (incremento anormal en el número de células sanguíneas, principalmente de glóbulos rojos).
La deshidratación también hace que el volumen sanguíneo circulante (líquidos) disminuya y la cantidad de células aumente. De ahí que la sangre luzca más concentrada reflejándose, mediante pruebas de laboratorio, en los valores elevados de hemoglobina (proteína que existe en los glóbulos rojos encargada de transportar oxígeno).
En nuestro medio los valores normales de hemoglobina varían. Si se vive en la Costa, lo normal es que una mujer los tenga entre 12 y 12,5 g/dL, y el hombre, de 13 a 14,5 g/dL. Mientras que en la Sierra es un poco más alta porque los requerimientos de oxígeno son mayores: en la mujer hasta 14 g/dL y en el hombre hasta 16 g/dL.
Cuando alguien sobrepasa esos valores significa que la viscosidad de la sangre está aumentada y, especialmente en las personas inactivas, se eleva el riesgo de formar trombos (coágulos) en los vasos sanguíneos o en los pulmones. En el primer caso se denomina trombosis y en el segundo, embolia pulmonar.
La concentración de sangre en el torrente sanguíneo puede alterarse por deshidratación u otras enfermedades. Estar alerta es necesario.
Pimientos de cayena – Los pimientos de cayena pueden tener un poderoso efecto anticoagulante. Al igual que el jengibre, es rico en salicilatos. Pero también contiene vitamina E, que ayuda a reducir la coagulación de la sangre de diferentes maneras. Algunos estudios apuntan a que sugieren que las personas que ya toman medicamentos anticoagulantes deben evitar tomar grandes dosis de esta vitamina para evitar una multiplicación de su efecto.